El anuncio fue realizado en Roma por los portavoces de la Conferencia Episcopal de Chile. Los obispos habían estado reunidos con el Papa durante tres días en el Vaticano.
Un total de 34 obispos de Chile fueron convocados desde el 15 al 17 de mayo para reunirse con el papa Francisco después de los graves errores y omisiones en la gestión de los casos de abusos, sobre todo en relación al caso de Juan Barros, acusado de encubrir al sacerdote Fernando Karadima.
En una declaración leída por los portavoces a la prensa, los 34 obispos anunciaron que "todos" han puesto sus "cargos en manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno".
Francisco se dispone a tomar medidas severas, "cambios y resoluciones", dentro de la Iglesia de Chile según adelantó en una carta entregada al término de tres días de reuniones en el Vaticano.
En la declaración, los obispos volvieron a "pedir perdón por el dolor causado a las víctimas", les agradecieron "su perseverancia y valentía" a pesar de las dificultades y de "los ataques de la propia comunidad eclesial".
Entre los 34 obispos presentes, 31 en funciones, figuran varios de los acusados de haber encubierto durante décadas los abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima, suspendido de por vida después de haber sido declarado culpable en 2011 de abusos sexuales a menores en los años 1980 y 1990.
Es probable que el papa sustituya a unos 10 prelados para abrir una nueva era en la Iglesia chilena.
"Nos ponemos en camino, sabiendo que estos días de honesto diálogo han sido un hito dentro de un proceso de cambio profundo con el que queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado", escribieron los obispos.